ESTA CRISIS ES UNA FALACIA

Publicado: Raúl López

Este sacrificio que se nos presenta como imprescindible es una falacia

 

  Simplemente por su honor y respeto a ellos debiera ser suficiente para despertar nuestras conciencias y, como ellos, no permitirnos ni un paso atrás, lo contrario nos debería llenar de vergüenza.

 

Ante las distintas luchas particulares sin profundizar y sin atacar en verdad el origen del Mal endémico en que estamos sumidos, dejando intacto el proceso global al que nos ha conducido el verdadero enemigo social y que no es otro que este régimen capitalista dictatorial de los mercados resulta totalmente insuficiente este sacrificio que se nos presenta como imprescindible para más tarde alcanzar nuestro propio bienestar no resulta ser otra cosa que un ataque frontal – además de una violación plena – a todos nuestros derechos fundamentales que en nuestra larga y difícil lucha con muchos sacrificios de compañeros trabajadores que con su ejemplo, efectividad y solidaridad se mantuvieron siempre firmes sin un paso atrás pagando con cárcel e incluso con su propia vida, y que nosotros también como trabajadores simplemente en honor a ellos nunca deberíamos permitir que su lucha hubiera sido en vano sin apenas ejercer resistencia, nos borran con decretos leyes todo el beneficio social que con su heroismo y fortaleza nos legaron en herencia.

Simplemente por su honor y respeto a ellos debiera ser suficiente para despertar nuestras conciencias y, como ellos, no permitirnos ni un paso atrás, lo contrario nos debería llenar de vergüenza.

Esto significa que no debemos participar en el actual juego perverso de esta dictadura del dinero, de democracia capitalista liberal que no es otra cosa que la batalla ideológica de “derechas” dirigida brutalmente contra el pueblo trabajador; es decir, la lucha eterna de clases que por lo menos en estos treinta últimos años ha conseguido con fundamentalismos tan particulares para su propio beneficio tenernos adormecidos, sometidos en el miedo a perder no sé qué cosa que no teníamos, manteniéndonos en un autoengaño en el que vivíamos lo mejor posible, que éramos afortunados por tener unos representantes políticos que tanto decían velar por los derechos sociales. He aquí que nos despertamos del falso sueño y descubrimos la auténtica miseria a la que nos han llevado dichos políticos.

Ahora nos prometen “reformas imprescindibles”, contrarreformas miserables para los que no somos responsables de tanto ladrón avaro-antisocial, y a esto hay que decir: De reformas nada. Esto no se arregla con reformas ni mucho menos con estas contrarreformas; sino con la destrucción total del capitalismo. Y para ello es necesario estar todos unidos en un frente social dispuesto desde la izquierda real para luchar por suspender la actual vigencia política e incluso la actual manera de entender y sentir la moral establecida de que todo político persigue el interés común; debe quedar bien claro que políticos de orientación conservadora – y por tanto egoísta – son incompatibles con el bienestar común. Esto sólo tiene arreglo con el camino hacia un socialismo real, socialismo igual a: Una sociedad sin clases, privilegios, jerarquías, donde la política sea tan importante que ningún ciudadano esté apartado de ella para así ejercerla de abajo a arriba, desde comités vecinales, barrios, municipalismo… Una democracia totalmente participativa y nunca entregada en manos particulares de políticos autodenominados profesionales, que siempre nos han demostrado que una vez habiéndoles entregado el poder de representación se comportan como mercenarios vendiéndose al mejor pagador, para así desde un punto de vista antisocial crear un entramado jurídico-policial dirigido siempre contra el más débil con la única intención de vivir bien a costa del mismo.

 

Es hora de afrontar la construcción de un proceso de revolución social contra el actual modelo de Estado capitalista.

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