12M: MOTIVOS PARA SALIR A LA CALLE

Publicado: Raúl López

El 12M salgo a la calle porque creo en un mundo mejor y más justo
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Son muchos los motivos que me sacarán a la calle el próximo sábado, 12 de mayo. Ese día, cientos de ciudades del mundo han convocado manifestaciones para demostrar una vez más que cada vez somos más las personas que no estamos de acuerdo con los políticos que nos gobiernan. Que no estamos de acuerdo con sus medidas. Ni con sus supuestas soluciones. Yo salgo a la calle porque estoy cansado de que me mientan. Porque desde hace unos meses me siento inmerso en el 1984 de Orwell. Porque parece que la historia ni la hemeroteca preocupan a este Gobierno, como tampoco parecieron importar al anterior. Porque Rajoy ganó unas elecciones gracias a la mentira más bellaca. Porque dijo que no subiría impuestos y es lo primero que hizo, porque dijo que no recortaría en partidas sociales y es lo único que estamos viendo. Porque gritó que no limitaría la Educación y la Sanidad para que no se convirtieran en joyas dignas de las rentas más altas y a los pocos días anuncia un sangrante recorte de 10.000 millones de euros, sumado al copago de medicinas y a la privatización de decenas de colegios y hospitales. Y porque la clase trabajadora, la clase obrera, esa clase a la que durante años han intentado convencer de que era clase media porque tenía la opción de endeudarse hasta las cejas, es la única que está pagando los platos rotos de unos gobiernos manirrotos y de un sistema financiero que ha hecho del desmán y la usura sus únicas banderas.
Pero además de por toda esa estafa brutal y corrupta en la que nos ha metido el capitalismo, ese capitalismo salvaje promovido hace más de cuatro décadas por el economista Milton Friedman y toda su Escuela de Chicago, yo salgo a la calle por la gente. Salgo a la calle porque el 15M, en su año de vida, me ha hecho ser mucho más solidario. Porque me ha hecho ver que mis problemas son los problemas de todas las personas que están a mi alrededor. Salgo a la calle porque estoy cansado de ver a mis vecinos y vecinas coger comida en los cubos de basura. Y porque hasta de esa pobre miseria hacen negocio algunos ayuntamientos, multando a quienes rebuscan un trozo de pan entre las sobras de los demás. Salgo a la calle porque estoy harto de ver las caras desencajadas de decenas de hombres, mujeres y niños que ven cómo los antidisturbios entran por la fuerza en sus viviendas para sacarlos a la calle a patadas como si fueran asesinos. Porque estoy harto de que haya inútiles que defiendan a los bancos y a la propiedad privada por encima de las personas. Porque eso es lo que ha creado el capitalismo salvaje que tan bien introdujeron los dictadores Pinochet y Videla, ayudados más tarde por Margaret Thatcher y Ronald Reagan.
Porque odio escuchar a algunas personas que leen mis artículos decir con resignación, o incluso con fanfarronería, que esas familias se merecen dormir en la calle por haberse metido en hipotecas que no podían asumir. ¿Pero de qué mierda estáis hechos? ¿Me lo podéis decir? Personas, muchas ellas, que se catalogan de liberal y católica, pero que miran hacia otro lado cuando ven un desahucio. Mientras nos llama okupas y antisistema a quienes queremos evitarlo, aun a costa de recibir porrazos por todos lados. Me río yo de su solidaridad cristiana… Hipócritas.
Salgo a la calle porque no puedo tolerar las múltiples redadas que día tras día se multiplican en Madrid a la búsqueda del migrante sin papeles. Unas redadas que están inculcando el miedo más atroz entre estas personas que ni siquiera salen a la calle ni van al médico aunque estén muriéndose por el miedo a ser encerrados en esos centros dignos de la más ruin dictadura y a los que los poderosos llaman CIES.
Salgo a la calle porque defiendo esa forma de hacer las cosas. Me llamarán ocupa, me llamarán antisistema, pero saben qué, aportamos soluciones. Ha dado soluciones a las familias desahuciadas y están trabajando en el cooperativismo para que aquellas personas que no tienen trabajo puedan unirse y buscar alternativas. Pero todos aquellos inútiles que defienden los ladrillos y el cemento por encima de las personas no quieren ver más allá. Sois criminales nos dicen. Pues sí, seré un vil criminal por intentar ayudar a las personas que lo necesitan y por enseñar aprendiendo que se puede crear un mundo mejor.
Pero hay más. Salgo a la calle porque creo en la justicia social. En una justicia de verdad. No en la justicia que deja a Urdangarín en la calle mientras sigue deteniendo una tras otra a decenas de personas que participaron en la huelga general del 29M. Y, en definitiva, salgo porque no tengo miedo. Porque podrán hacer mil y una reformas del Código Penal y no me pararán. Porque los violentos son ellos. Los que se empeñan en llamar terrorista y criminal a quien protesta, incluso pacíficamente, por unos derechos justos y solidarios. Porque están acabando con todo y no lo podemos permitir. Yo también soy su enemigo. Y el sábado, nos veremos en la calle.

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