BALANCE DE UN AÑO

Publicado: Raúl López

Casi un año después de que estallara el fenómeno es momento de hacer balances, de ajustar cuentas, de pasar lista. Para algunos la panacea, para otros el más reciente e interesante movimiento de masas que deslegitima al poder.

Nunca un movimiento social generó tantas posiciones encontradas, diversas u opuestas, ello es debido fundamentalmente a la magnitud de su tamaño y alcance mediático. Tenemos al militante radical que se desespera porque el movimiento es profundamente light y desclasado (entre los que me incluyo), el mismo que esperaba que por convulsión espontánea las masas tomaran Sol. Tenemos también al marxista de cátedra. Por último tenemos al inclasificable, el inacotable anónimo que por primera vez en su vida y gracias al 15M, se moviliza. Puede escuchar a Sabina o a David Bisbal y se mueve por cualquier parte. No nos engañemos, este último sujeto es la materia prima de la transformación social, él es que ha hecho que el 15M no sea un gueto ideológico.

De ahí la complejidad, tensiones y desencuentros que han generado el 15M y los indignados entre analistas, militantes y la izquierda en general.

El 15M es a la que todos quieren sacar de la calle, pero ella se niega y se niega y sigue esperando la llegada de su verdadero príncipe azul. Muchos lo intentaron pero todos fracasaron en su propósito; IU (con mejores resultados, pero no lo ha conseguido), UPyD (con resultados catastróficos), un sector que pretendió formar un partido político, los ultraliberales de DRY que se escindieron y formaron una asociación, ahora un PSOE en la oposición que gira a la izquierda (discursivamente) y también pretende pescar en río revuelto lo que perdió en aguas tranquilas… Todos le piden la mano pero ella se niega una y otra vez a abandonar su soltería promiscua, su vaivenes obscenos, y cuan Penélope moderna, continúa tejiendo de día el sudario que deshace por las noches. El problema es que de tanto danzar con unos y con otros, a nuestra dama se le está pasando el arroz y se va a quedar para vestir santos.

El 15M parece que se diluye en la mayoría absoluta y totalitaria del Partido Popular y su brutal ofensiva contra las clases populares a las órdenes de los mercados, la Merkel, la Troika o como usted tenga a bien llamar. Las últimas elecciones generales y la barra libre que supuso la victoria de Mariano Rajoy, hicieron envejecer a nuestra dama treinta años de golpe. Nuestra dama, dada su heterogeneidad tan sublimemente heterodoxa en la que hay sitio para todos sin importar el origen social, si se es mosso de escuadra o si se está en posesión de los medios de producción (somos el 99%), y que “no somos ni de izquierdas ni de derechas”,… y que en un masoquista ejercicio de optimismo trágico, prefieren hacer como que no ocurre y quedarse exclusivamente con lo positivo, sin caer en la cuenta que quizá si el movimiento no avanza o la respuesta a la ofensiva neoliberal es tan tibia, es debido en gran medida a toda esa morralla que desde el inicio pulula en el corazón del 15M. Obviar esa cara B y quedarnos con lo que nos interesa sería hacer política-ficción. Es lo que hay, repiten al unísono, pero asumir sin concesiones que es lo que hay, conduce a un inmovilismo peligroso. Claro que es lo que hay, por eso debemos cambiarlo.

Ahí reside la dualidad del 15M y su tragedia: hay algo que no termina de encajar, está en posesión de un algo oscuro que aunque lejano, amenaza con subir a la superficie, es un sí pero no… Un eterno «pero» a su naturaleza y composición, una cara B, un reverso tenebroso de la fuerza que no encontrábamos en los anteriores movimientos sociales o políticos que alcanzaron la categoría «de masas» o una envergadura considerable. Y claro, eso nos tiene a todos descolocados.

Lo verdaderamente terrible no es que muchos se hayan dejado caer en los cómodos brazos del optimismo y hayan obviado una y otra vez, ese reverso tenebroso de la fuerza, lo verdaderamente trágico es que mientras lees el enésimo artículo que pretende explicar o dar salida a nuestra dama insolente, los inmigrantes sin papeles perderán su tarjeta sanitaria y dejarán de recibir atención médica. Muchos de ellos morirán: enfermos de cáncer, de SIDA, diabéticos, dependientes en general… y antes de que termines de leer el artículo miles de hijos de la clase trabajadora renunciarán a cursar estudios universitarios porque sus padres sencillamente no podrán pagar el aumento de las tasas en la educación superior. La movilidad social se estancará y el sistema de clases (¿por qué no decir de castas?) se reproducirá sobre sí mismo sin la menor de las resistencias y nos dirigiremos (como afirma el sociólogo Ulrich Beck) hacia una brasileñización de Occidente. Un nuevo mundo feliz en el que la clase media habrá cuasi desaparecido, una enorme masa de desarrapados sencillamente se dedicará a sobrevivir y una reducida clase alta vivirá rodeada de alambradas de espino, playas privadas vigiladas de las miradas hambrientas y sofisticados sistemas de seguridad. Por supuesto y como en la premiada Tropa de elite, no faltarán hijos de papá que pretendan lavar su conciencia ayudando a los más desfavorecidos; la caridad y la solidaridad de cartón piedra son moneda común en nuestras sociedades avanzadas y buque insignia de la cultura pop. El único trabajo estable al que aspirarán los jóvenes desarrapados se encontrará en las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, sea como carne de cañón para saquear los recursos de algún país de nombre impronunciable, sea para reprimir la cada vez más brutal pero esporádica, espontánea y desideologizada, disidencia interna (disturbios de los consumistas frustrados de Londres). En definitiva, sostener el sistema que lo oprime a él y a los suyos, llevan haciéndolo siglos…

¿Esperanza? Claro que la hay, como dice Alba Rico, el 15M ha cambiado la composición del aire, de alguna manera ha mutado el imaginario colectivo en pos de la movilización, ha normalizado la protesta: protestar ya no es un comportamiento exclusivo de melenudos que fuman porros, es una baza que debemos jugar. El 15M se subdivide y se une y que cobra forma en la marea verde, en el movimiento contra los desahucios, en los estudiantes del instituto Lluís Vives, en el YO no pago o en los encierros en hospitales y ambulatorios y todo a la vez vuelve a ser 15M.

La Europa continental puede no convertirse en Brasil como predice Beck, aquí sí que cuenta el cuanto peor, mejor (para la lucha). Ya sabemos que en Burundi se mueren de hambre y no hay una revolución en marcha pero Europa está en posesión de una tradición de lucha que carecen otros rincones del mundo, tradición que no va a permitir que nuestros muertos llenen de nuevo las cunetas, esta vez de inanición, enfermedad o abandono.

La Troika nos conduce a un nuevo Auschwitz —velado, simbólico y mucho más difícil de acotar— que se va a extender en el tiempo y el espacio y nos arroja contra la cámara de gas en función de la ideología, la raza o la creencia religiosa, sino en función del nivel de ingresos: los que no puedan pagar la factura serán abandonados a su suerte en los nuevos guetos de Varsovia que se van extendiendo por todo el continente (parados de larga duración, jóvenes precarios, familias desahuciadas, jubilados ahogados en recetas médicas…) Las elecciones griegas demuestran los paralelismos entre la europa de los años treinta y lo que se avecina. Necesitamos respuestas, no retozar en nuestro propio océano de dudas, mierda y lodo. La modernidad, ese bello proyecto interrumpido primero por el fascismo en los años treinta y que se detuvo de nuevo gracias al freno del tándem Reagan-Thatcher, una socialdemocracia canalla y la colaboración bien pagada de los Lyotard y los Baudrillard (y también los Negri), se ha puesto de nuevo en marcha, pero esta vez ha sido el sur el que ha engrasado sus mecanismos. Es el momento de construir nuestro nuevo gran relato: el colonialista tiene que aprender a mirar con los ojos del colonizado y grabarse a fuego que, las revoluciones deben ser pacíficas pero armadas, que en la calle debemos ser pacifistas pero no pacíficos, que el petróleo es argentino pero Repsol no es española……

 

NOS VEMOS EN LA CALLE….. EMPEZANDO EL 12 DE MAYO

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