Publicado: Raúl López
Es más que probable que el proyecto estrella’del multimillonario Sheldon Adelson acabe instalándose en Alcorcón. A pesar de que todos los medios de comunicación nos lo han vendido como una salida a la crisis y un negocio de futuro, las desmedidas pretensiones de sus promotores y las previsibles consecuencias que acarrearán a la población (trabajo precario, explotación ambiental, mafias…) hace cuanto menos cuestionable su viabilidad en todos los sentidos.
Todos intuimos que el exagerado auge que experimentó el sector de la construcción estuvo en la base –entre otras causas‐ de la actual crisis que padecemos. Y, sin embargo, se sigue apostando por un modelo basado en la construcción, además de en el ocio y en el turismo para potentados. Se pretende ahondar en la misma senda que ha contribuido a nuestro hundimiento y encima se nos presenta como tabla de salvación… El casino solamente es la cara más visible de un mismo modelo. La construcción de miles de viviendas o la implantación de un complejo hotelero, fundamentan su visión en un patrón semejante: proporcionar soluciones a corto plazo y huir hacia adelante como se pueda. ¿Y luego qué? No hay intención de cambiar de rumbo ni de contar con nadie para ello.
El déficit democrático del que tanto se habla ahora, se materializa tanto en la opacidad con que se está negociando el tema del casino como en todos los demás temas que se deciden en la localidad. Se continúa tomando decisiones sin tener las opiniones de nadie en cuenta –como de costumbre‐, como si la gente fuera incapaz de hacerse una idea clara de las cosas y de lo que le conviene o no.
Nosotros somos los que vamos a aguantar las pésimas condiciones de trabajo, los que vamos a vivir en un entorno degradado y rodeado de autovías, y los que vamos a sufrir las consecuencias negativas del juego. Desde luego, si no somos nosotros mismos, la propia población de Alcorcón, la que se manifieste en algún sentido, serán precisamente los mismos que hasta hoy han tomado todas las decisiones, los que una vez más, pasarán por encima de nosotros y de nuestros deseos. Tampoco podremos confiar en los mismos que han cambiando los Planes de Ordenación Urbana en el norte del municipio (PSOE e IU): ellos son los culpables de haber abierto la veda a la actual urbanización del Distrito Norte. Por eso, deberemos ser nosotros en primera persona, de igual a igual y con los medios a nuestro alcance los que debatamos, decidamos y nos movilicemos.
Hagámosles ver que Alcorcón no es el sitio para la implantación de SUS negocios. Por una participación directa de los vecinos en las tomas de decisiones.
QUÉDATE EN TU CASA MR. ADELSON.
¿Eurovegas? No, ni aqui, ni en ninguna parte.
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