LA GUERRA DE LAS IMÁGENES

Fuente: Madrid Toma la Plaza

Original y traducción al inglés de la obra de teatro “La guerra de las imágenes”, cuyo autor, Jerónimo Obrador, renuncia a sus derechos en favor de su libre representación sin ánimo de lucro (lo cual no impide que se pueda pedir la voluntad como una manera de recaudar dinero para sufragar el montaje o para destinarlo a otras actividades solidarias). La obra está disponible en:

https://docs.google.com/open?id=0B95JL6SCEVcqTUljbnJSM04yVDQ

A continuación reproducimos el prólogo a esta obra redactado por Violant Clop Aguilar, especialista de la UAB en el hecho religioso y profano en la ciencia ficción (La guerra de las galaxias, El señor de los anillos…) así como profesora en la facultad de periodismo:

Los dioses grecorromanos son los protagonistas de la tragicomedia, que se gesta bajo el conflicto de un padre y un hijo, Júpiter y Marte. Su objetivo es reconectar a los creadores de imágenes, los humanos, para que vuelvan a sentir y de ésta manera ser libres, y abandonar por fin la obsesión que les ha abocado al maltrato,la enfermedad y al abuso de poder . Una falta de valores generadora de una indignación mundial que obliga a Júpiter a plantearse la última gran guerra como única solución si los demás dioses no consiguen el objetivo.

La ingeniosa manera cómo el dios guerrero pretende el rescate, que a la vez es mutuo, es descender a la Tierra como actor, para lo cual necesitará sentir, algo que está prohibido a los de su especie, y que le descubrirá precisamente las maravillosas siete formas de sentir, abarcándose entre ellas de nuevo el pensamiento para lograr así descifrar cómo se crean las creencias y redescubriéndose por tanto la capacidad del humano de conectar con su instinto.

“La Guerra de las Imágenes” cuenta con una deliciosa receta en la que desfilan diosas (Afrodita como metáfora de la crisis griega), dioses, santas (Madre Teresa de Calcuta), demonios, jefes de estado y maestros de interpretación (el dúo ruso; Stanislavsky- Michael Chéjov) , cuya salsa se cocina con una guerra divina que ha resultado ser una metáfora de la crisis actual, tanto financiera, como hipotecaria, de guerras civiles y de valores. Un conflicto que luego repercute entre los humanos para que conecten con lo vital, para ya no herir, y con el soñar para recrear su realidad. Por eso la pregunta que se hace el autor: ¿es mejor creer que crear? Acaba contestándose, puesto que la obra abre el telón a la época en que por fin los dioses del Olimpo, raíz europeo-mediterránea común, descienden en los humanos, convirtiéndonos en creadores, reconectándonos con nuestro yo divino, con lo mejor de nosotros, y abriendo la puerta a la autogestión de nuestras emociones y sentimientos para vivir en igualdad, en libertad de sentir. Una fabulosa fórmula, fácil de leer y entretenida, tan necesaria para la crítica salud emocional global del planeta, que sólo un sanador actor, director y guionista puede convertir en un sabio arte.

Siendo una obra metáfora de lo humano y del momento global actual, para todo tipo de ciencias y creencias, tengo que decir desde el punto de vista astrónomo-astrológico, que las palabras que circunscriben esta visionaria dramaturgia gestada hace siete años, no hacen más que poner en el escenario el plutoniano momento que está viviendo Gea, la Tierra, y cómo sus hijos claman a los cuatro vientos dónde encontrar las mágicas armas para sobrevivir ésta conjunción de Júpiter y Urano, y el desequilibrio estructural que provoca el dios Saturno; poniéndose también en consonancia con las teorías mayas del 2012 del cambio espiritual positivo que sufrirá el mundo, haciendo un guiño el autor a éstas con el grito mágico de Júpiter: “Nibiru!”.

Siendo el grito mágico de Júpiter: “Nibiru” (Palabra que significaba Júpiter en Babilonia, antiguo Iraq, y también el planeta que supuestamente provocará las catástrofes del 2012) el acento premonitorio de la capacidad filosófica de esta divertida tragicomedia, en la que cada uno profundizará hasta donde le apetezca.
Decirte por mi parte que a mi me gusta el giro vivencial tan explícito al que lleva esta obra que busca la fórmula para desobsesionar la humanidad, tiene mucha filosofía, pero como está pensada para que cada uno vaya desde el entretenimiento a lo profundo que le interese, para mí la frase es la que gira a Calderón de la Barca: El sueño es vida y las vidas, vidas son.

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