EL MUNDO DEBE UNIRSE

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Fuente: Javier Parra
Lo que Iñaki Gabilondo señala en su videoblog bajo el título de “Precariato” es algo sobre lo que muchos desde hace años venimos hablando, y de lo que algunos desde hace muchos, muchos años, venimos alertando como inevitable consecuencia de la implantación de un neoliberalismo cada vez más agresivo y del que han sido responsables gobiernos tanto del PSOE como del PP, aunque haya sido a éste último al que le ha tocado ejecutar el desmoronamiento total del Estado y la precarización absoluta y masiva de la sociedad, arrebatándole el pan, el trabajo, la educación, la sanidad y la esperanza.
Es una pena que Iñaki no hubiera aprovechado esa sagacidad que hoy parece demostrar cuando aún estábamos a tiempo de frenar la adhesión formal de España al neoliberalismo y cuando él tenía a su disposición algo más que un videoblog en internet. Sea como sea, hay un par de cosas en las que se equivoca Iñaki. La primera cuando habla de los precarios como una nueva clase social. Y es que el precariado no es más que el “proletariado”, es decir, aquellos que ofrecen su trabajo a cambio de un salario por no poseer los medios de producción. Y esos millones de personas desempleadas y desesperadas no son más que el “ejército de reserva”, donde parte de la población resulta excedentaria como fuerza de trabajo respecto a las necesidades de la acumulación del capital. Un ejército de reserva, un ejército de desempleados permanente, necesario para el buen funcionamiento del sistema de producción capitalista y la necesaria acumulación de capital.
¿Acaso los trabajadores y desempleados del siglo XIX o principios del siglo XX no vivían en una situación de extrema precariedad? ¿acaso sabían si iban a tener algo que llevarse a la boca al final del día? ¿acaso sabían si mañana tendrían trabajo?
Por tanto, si las clases son las mismas, el análisis terminará siendo muy similar, así como las respuestas ante lo que está pasando; ante el empobrecimiento masivo de la sociedad paralelo al levantamiento de un sistema represivo a todos los niveles, nacional e internacional.
Y en otra cosa se equivoca Gabilondo, y es cuando cree que los derechos que hoy se pierden no se recuperarán nunca. Sí se recuperaran, pero será cuando el proletariado, o el precariado – me da lo mismo – se atreva de nuevo a asaltar los cielos. Hasta entonces, y por si así lo prefieren algunos, ya pueden ir gritando: “Precarios del mundo, ¡Uníos!

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