VIOLENCIA INSTITUCIONAL

En estos tiempos estamos asistiendo al aumento de la violencia, concretamente al aumento de la violencia institucional ante el mirada pasiva de la ley.

Las calles están que arden, y no es para menos, nos hacen pagar su crisis, la gente no aguanta más, hace poco vimos como Angelo Cilia perdía la visión de un ojo a causa de un pelotazo lanzado por un Mosso d’Escuadra durante la manifestación de la Huelga General en Barcelona.

Angelo Cilia no es la única persona que a sufrido la violencia institucional, hace poco conocíamos la muerte de Íñigo Cabacas a causa de un pelotazo de la Ertzaintza, el cual le causo una perforación en el cráneo, su único delito asistir a un partido de futbol. Rodolfo Ares, Consejero de Interior del Gobierno Vasco, debería abrir una investigación para encontrar al culpable del asesinato de Íñigo, aunque lo cierto que de momento lo único que hay es pasividad ante la investigación.

Según la asociación Stop Bales de Goma 23 personas han sufrido las consecuencias del impacto de las pelotas de goma.

Pero las pelotas de goma no es el único problema que nos podemos encontrar ahora mismo, recordamos que los Mossos d’Escuadra utilizaron gases lacrimógenos en las manifestaciones del 29M, estos gases son nocivos para la salud e incluso podrían provocar la muerte.

Hace poco, me comentaban que el estado español está entrenando al ejercito en ciudades y pueblos para que pudiera desenvolverse en medio de los futuros disturbios que pudieran producirse ante el levantamiento de un pueblo contra el gobierno de turno, he de reconocer que al principio me costaba creérmelo hasta que lo vi con mis propios ojos, un convoy del ejército hacia maniobras en la ciudad donde vivo.

Quizás debamos prepararnos mejor a conciencia frente a lo que pueda suceder en un futuro no muy lejano. Cada vez los gobiernos actúan con mayor impunidad y no dudan en llenar las calles con policías ante la menor amenaza de manifestación, con el único fin de provocar ellos los disturbios.