ESTO ES EL INICIO DEL INICIO DE LA REVUELTA

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El Secretario general de CC.OO. de León, Ignacio Fernández, finalizó su discurso, tras la multitudinaria manifestación que se vivió en León contra la reforma laboral del PP, con una afirmación contundente: “estamos al inicio del inicio de la revuelta”, en clara alusión a las palabras de la vicepresidenta del gobierno cuando aseguraba que estamos al inicio del inicio de los recortes.
No es de extrañar las palabras cada vez más contundentes de las bases de los principales sindicatos de clase de este país, aunque sus cúpulas sigan entonando la cantinela del pacto y la negociación con una patronal insaciable y con un gobierno entregado de cuerpo y alma a los mercados, los grupos financieros y los banqueros. No podemos olvidar que el expresidente de Lehman Brothers España, De Guindos, es el ministro de Economía. Que el ministro de Defensa, Morenés, era consejero de la empresa de armamento que fabricaba bombas de racimo. Que Argüelles, secretario de Estado de Defensa, estaba en la presidencia de Boeing. Que Pérez Renovales, subsecretario de la Presidencia, viene de ser vicesecretario del consejo del Banco de Santander. Ferré Navarrete, secretario de Estado de Hacienda, de Price waterhouse Coopers. Fernández de Mesa, secretario general del Tesoro, también de Lehman Brothers; Rodríguez-Ponga, directora general de Seguros y Fondos de Pensiones, viene de la dirección de la Mutua Madrileña. Y así un largo etcétera.
No es de extrañar que el líder de CC.OO. asegurara que esta reforma laboral es «una nueva cadena del nuevo esclavismo», y que ha sido diseñada a la medida de los bancos, «herederos directos de los tratantes de esclavos, que se han pasado de frenada y generado una deuda que ahora quieren cargar sobre nuestras espaldas». Porque si analizamos con detenimiento el decretazo que ha impuesto, a sangre y fuego, el equipo de Rajoy nos daremos cuenta de que, efectivamente, es «una novela de terror, que en cada capítulo descubre un monstruo».
Te podrán despedir con indemnización de 20d/año sólo por tener dos bajas que sumen al menos 9 días en los últimos dos meses, si ninguna de ellas supera los 21 días. Si tienes plaza por oposición de personal laboral fijo de cualquier Administración Pública podrás ser despedido con indemnización de 20d/año y tope de 12 mensualidades por insuficiencia presupuestaria sobrevenida en 3 trimestres consecutivos. A un jefe de contabilidad le podrán poner de administrativo y si no le reducen el salario no hay derecho a demanda de impugnación ni a extinción voluntaria del contrato con indemnización. Sin necesidad de que haya pérdidas, si existen razones probadas relacionadas con la competitividad, productividad u organización técnica o del trabajo: a un cocinero le podrán poner de camarero con salario de camarero; al que cobre por encima de convenio le podrán bajar hasta el salario de convenio; a quien trabaje menos de 40h semanales le podrán subir hasta 40; a cualquiera le podrán cambiar de horario o de turno. Esto se lo podrán hacer a cualquiera, incluyendo quienes tengan un contrato indefinido con 20 años de antigüedad. Sólo se podrá aceptar o bien impugnar en los juzgados o rescindir el contrato con una indemnización de 20d/año y tope de 9 mensualidades.
Una empresa puede hacer un “contrato Rajoy” a cualquier trabajador y tendrá despido 100% gratis y 100% libre durante el primer año. Cuando falte un día para cumplir el año, le podrán comunicar que no ha pasado el período de prueba y le harán otro “contrato Rajoy” al día siguiente. Así que ¿para qué hacerle un contrato indefinido normal con indemnización?, se preguntan ya algunos “emprendedores” avispados: le hacemos 18 contratos Rajoy.
Si el convenio de empresa ya está caducado, y no se renueva antes de febrero de 2014, desaparecerá y se podrá bajar al salario mínimo de 650€ mensuales a todo el personal de la empresa. Las empresas ya se pueden autorizar EREs a sí mismas, porque ya no necesitan que se lo apruebe la autoridad laboral. Si la empresa tiene menos de 25 trabajadores, el FOGASA le pagará 8 de los 20d/año de indemnización en despidos objetivos procedentes, por lo que el coste real del despido objetivo será de 12d/año en la inmensa mayoría de empresas. Por supuesto, casi ningún trabajador demandará contra su despido porque ahora tienen menos que ganar al haberse suprimido los salarios de tramitación. Y así, un suma y sigue, que parece una pesadilla inacabable.
Está claro que del “sueño de la razón” nacen monstruos. Y en cada esquina de este decretazo nos asalta un nuevo monstruo, a cuál más aterrador. Por eso no es de extrañar la masiva afluencia en las manifestaciones contra esta Reforma Laboral denunciando que ha sido la mayor mutilación de derechos laborales, individuales y colectivos de nuestra historia. Porque esta reforma laboral, la número 53, profundiza la senda de reformas iniciadas por el gobierno del PSOE en la involución de los derechos laborales, con la excusa de que para superar la crisis financiera era necesario desregular la normativa del mercado de trabajo, bajar los salarios y eliminar prácticamente del derecho de los trabajadores la estabilidad en el empleo.
Por eso hay que entender que esta reforma es más que una reforma, es un “giro copernicano” en la concepción de los derechos laborales, como clamaba el Secretario General de CC.OO. en su alocución final. Una “revolución” que el Partido Popular ha aplicado a nuestro ordenamiento laboral, al dictado de las exigencias de la patronal y de los mercados, configurando un derecho social carente de derechos y una relaciones laborales a favor de una de las partes, los empresarios, multiplicando sus capacidades de decisión unilateral sobre las condiciones de trabajo. Detrás de esta reforma no hay economía, sino ideología. Una ideología de lo privado frente a lo público y compartido, que arremete contra los trabajadores y trabajadoras organizados en sindicatos para luchar y defender sus derechos, porque son el último bastión organizado contra este capitalismo caníbal.
Pero si la lucha organizada de la clase trabajadora en sindicatos fue capaz de luchar y resistir en la época de una dictadura militar, cómo no va a ser capaz de pelear y combatir en esta época de una dictadura económica. Como nos recordaba el Secretario Provincial de CC.OO. con la cita de Jorge Semprún, al capitalismo no se le puede moralizar, porque su esencia es fundamentalmente inmoral, pues se asienta en el lucro del 1% y su máximo beneficio, a costa del 99%. Estamos en el inicio del inicio de la revuelta contra el capitalismo, Sra. Vicepresidenta. Recuérdeselo a esos “hijos de Tatcher”: ¡que reformen sus enormes beneficios, no nuestros escasos derechos!
Enrique Javier Díez Gutiérrez. Profesor de la Universidad de León

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