EDUCACIÓN: Engañifas de un ministro nada más aterrizar

Hay personas a las que se les nota la alegría con que se aprestan a representar el papel de “chic@ de los recados” del poder. Y no hay más que verle la cara para notárselo al nuevo ministro que durante unos años (o meses) se encargará de dirigir los asuntos de Educación, Cultura y Deportes.  Estos neoprofetas de la eficacia se presentan como elefante en cacharrería, derribando todo aquello que les estorba para imponer lo mandado, con unas prisas que pa quéy sin despreciar armas como la manipulación demagógica o la mentira descarada. Y en eso, no lo dudéis: en eso serán el colmo de la eficacia.

Para este tal señor Wert, de quien Cadenaser.com hizo un perfil resueltamente elogioso, como “sociólogo de prestigio” (quizás por haberlo tenido en la cadena ejerciendo de tertuliano), el tema prioritario de “Cultura” es aprobar SINDEmora todo lo referente a proteger los derechos de autor en la red. No son tiempos para invertir en cultura, son más bien tiempos de censurar. Mala suerte. O buena. Depende para quién. Porque aquellos denostados “titiriteros” de “la ceja” han pasado a ser de pronto “creadores”, cuya obra hay que proteger. Enhorabuena. Por cierto, hablando de piraterías, me llamaron  la atención las palabras del ministro referidas a la recuperación del tesoro del Odyssey: “vamos a contactar con Defensa para montar un dispositivo que nos permita hacernos pronto la foto con los doblones“. No para quedárselos, no pensemos mal tan pronto: servirán para la “tesaurización” de nuestros museos. (Eso sí, de palabrerío no vamos a andar escasos).

Respecto a los planes de Educación, lo previsto: acabar con la asignatura “Educación para la Ciudadanía” (Brindis al púlpito, según Iñaki Gabilondo) y servir a los traficantes de la Educación, potenciando la privatización de los centros educativos. Toque modernista del bilingüismo (referido al inglés, no se me animen las malditas lenguas periféricas) y ya tenemos al señor ministro, sonrisa y demagogia en bandolera, dispuesto a vendernos milonga por doquier.

-Una acusación: todos los males vienen “del otro”

-Un aviso que ahí queda: nueva forma de selección de profesorado.

-Nuevos valores sacados del viejo arcón: el esfuerzo y el mérito.

-Nueva asignatura: Educación Cívica y Constitucional.

-Nueva Secundaria: 3 años de ESO y 3 de Bachillerato o FP.

Tras exponer el plan de reformas en el Congreso, al día siguiente cambio de plató y entrevista en la SER, diciendo algunas cosas distintas según en qué lugar, cualidad ésta un tanto camaleónica que debe adquirirse con la condición de tertuliano…

En la entrevista se habló un poco de todo, pero la bomba fue la burda manipulación que hizo el ministro, queriendo justificar su machacona doctrina del “adoctrinamiento” en la asignatura Educación para la Ciudadanía, cuando el periodista le pidió unos ejemplos de tal manipulación. Wert  leyó entonces un par de citas que llevaba preparadas sacadas de un libro que publicó la editorial Akal en 2007, un ensayo que nunca fue libro de texto de la asignatura en cuestión. Esto provocó la protesta inmediata de la editorial Akal, atribuyendo al ministro “mentir o sufrir una ignorancia supina; o ambas cosas a la vez”.

Con ser un tanto repugnante el recurso a la manipulación tan obvia, dejémoslo en el terreno de las miserias de la condición humana. Es lo que tienen quienes se creen demasiado list@s: nos consideran a los demás demasiado tont@s. Yo pediría la dimisión por falta de dignidad del personaje. Pero, dado que en los círculos de poder el jefe nunca se equivoca, me imagino que todo se saldará con un tirón de orejas a quien asesoró equivocadamente al ministro del ramo. Bueno, si queréis ver cómo rectifica un sinvergüenza, aquí lo tenéis.

Y otro pequeño detalle que brindo al nuevo ministro: si quiere que me crea que de verdad está en contra del adoctrinamiento, elimine la asignatura de Religión del currículo y elimine los idearios de los centros privados y concertados (y entérese de paso de que en los públicos no existe ideario para imponer y adoctrinar).

Por cierto, ¿sabéis cuánto tiempo y dedicación del currículo supone el área de Educación para la Ciudadanía en las etapas de Primaria y ESO? Pues  sólo representa el 1,1% del tiempo y currículo de primaria y el 0,8 % en la ESO. ¿Sorprendente? Pues de eso hablamos… En cambio, otras áreas tan doctrinales como la Religión representan hoy día 9 horas en toda la Primaria y 5 horas en la etapa de ESO (el 6,6% del currículo en Primaria y el 4,1% de todo el currículo de ESO). A todo hay quien gane… Pero No acaba aquí todo. Hay a mi juicio otras prioridades en materia educativa que debieran preocupar a políticos, periodistas y ciudadanía en general.

Por eso, dejemos la cortina de humo y vayamos al meollo de la cuestión: los cambios en la estructura de la Enseñanza Secundaria; o la “arquitectura”, como dice y repite el ministro manipulador.

En la actualidad, la Enseñanza Secundaria se estructura en dos bloques: 4 cursos de Enseñanza Secundaria  Obligatoria y 2 de Bachillerato. Es sabido que el PP anunció aumentar el Bachillerato en 1 curso; pero hasta ahí llegaba lo que podía decir, dada su querencia a la ambigüedad. Ahora ya sabemos lo que quiere hacer: como alguien ha dicho acertadamente, “romper el tronco de la enseñanza obligatoria”. ¿Porque sí? No, Ya veremos qué hay detrás; pero antes veamos cómo justifica y argumenta el ministro José Ignacio Wert una decisión que ya habían tomado otros antes :

1.Es algo que iba en el programa del Partido Popular

2.Toda la argumentación del ministro se centra en hacer ver que 4º de la ESO es un curso muy problemático, casi el causante de todos los males de la secundaria;  y por eso hay que eliminarlo. Argumento de lo más tonto: aun en el caso de que eso fuera cierto, eliminado el curso problemático siempre otro curso  pasaría a ser el más problemático y así, por eliminaciones sucesivas, concluiríamos que la chavalería estaría mejor en sus casas que en las escuelas.

Lo normal, dado que se quiere añadir un curso al bachillerato, sería mantener los 4 cursos de ESO y, como hace algún país como Alemania, la Enseñanza Secundaria acabaría a los 19 años, no a los 18. Pero, alega el ministro, eso “costaría dinero”. Claro. Así que ya nos va poniendo en la pista de que no hay prevista inversión alguna para tanta reforma. Vamos bien. Cuando hable de “prestigiar a la FP” al modo alemán lo va a creer su abuela.

Lo que pasa es que cuando se quiere llevar a cabo algo, intentando a la vez que la gente no se entere de lo que hay debajo, de los motivos verdaderos, se recurre al argumentario; y ahí la verdad puede ir tan unida a la mentira cuanto el objetivo lo precise. Y ahí el ministro tertuliano entró a matar:

Según él, lo que quieren hacer es “evitar lo que es el problema mayor ahora mismo de encaje en la Educación Secundaria, que es el cuarto curso de la ESO”… “y aquí hay que hablar de cifras porque son las cifras las que dan idea de la magnitud del problema”. Bien, vamos a ver qué cifras, cojo papel y lápiz: “para casi uno por cada tres alumn@s, el 4º curso es el último de contacto con la educación formal”. Vaya descubrimiento: pues claro, ahí acaba la enseñanza obligatoria. ¿Alguna cifra más? Ni una más. . Y yo esperaba oír hablar de cifras de inversión pública, de tanto por ciento del PIB, de incremento de profesorado para llevar a cabo las reformas, de nuevos centros proyectados, de nuevas tecnologías aplicables a la educación, de servicios de apoyo para ese alumnado tan problemático que dice conocer…

Para todos los que perciben que están en el último año de esa experiencia vital y particularmente para los que los estudios no han sido precisamente exitosos, es un curso que provoca desinterés, conflictos de convivencia y que hace que quienes lo están viviendo como su último curso obstaculicen en el desarrollo de la actividad docente”. Véase qué forma tan descarada de echar la culpa al alumnado con dificultades de aprendizaje no sólo de su poco avance, sino del entorpecimiento del desarrollo normal de las clases de los demás. Pero precisamente en 4º curso. Todo va a lo mismo. ¿4º es el  curso conflictivo de la ESO? Primera noticia. Pregunte el ministro al profesorado si prefiere impartir clases en 4º o en 1º y 2º. Vamos, señor ministro, haga una prueba tan sencilla…Se sorprenderá.

-¿Qué es lo que pretendemos? Se pregunta. Y responde: Transformar este 4º curso en una vía de diversificación que funcione como una preparación para la FP o el Bachillerato.  Y a sabiendas de las críticas que se alzarán frente a una bifurcación (o segregación) temprana, ya se cura en salud: “Si hay algo que en la evidencia científica comparada está claro respecto a la relación existente entre la arquitectura del sistema y el éxito educativo es que la bifurcación cuanto más temprana es más eficaz”.

Dos cosas llaman la atención: el invento de “la evidencia científica comparada” (ya digo que palabritas no han de faltar), con esas conclusiones que no sabemos dónde están escritas. Y que ahora sí sirve de ejemplo Alemania porque allí la bifurcación se produce a los 12 años. Resulta pues, según este señor, que las buenas condiciones alemanas para “generar empleabilidad” se deben a las bondades de esa bifurcación temprana. Es que es la leche. Y yo que soy un mal pensado, creo que eso se debe posiblemente a un montón de causas y no únicamente a la que le conviene al argumentario del ministro Wert.

En resumen, el ministro encuentra la panacea nunca antes hallada  en el terreno educativo en algo tan simple como adelantar un año la bifurcación Bachillerato – Formación Profesional. Pero ¿la panacea para qué, para quiénes?

Bien, eliminamos 4º de la ESO y alguna complicación ocurre: resulta que era un curso de Enseñanza Obligatoria. Por tanto, el primer curso del siguiente Ciclo (Bachillerato o FP) seguirá siendo obligatorio. Pero sólo ese primer curso. ¿Alguien cree que la motivación de aquel alumnado poco exitoso va a aumentar ahora, iniciando un ciclo nuevo en el que estará un solo curso? ¿De esa manera se va a frenar el abandono del sistema educativo? ¿No puede más bien provocar que el abandono se produzca un curso antes? ¿Alguien cree que sólo reformando la “arquitectura”, la estructura de cursos y ciclos, se mejora algo? Nada se habla de inversión, medios, programas, formación del profesorado, tecnologías, evaluación…

Entonces, ¿cuál es la madre del cordero de esta reforma? Pues todo el argumentario ministerial no es sino la necesaria tapadera para ocultar lo que en realidad se quiere hacer y no se quiere decir: abrir el paso a la concertación de la enseñanza del Bachillerato y la FP, tras la enseñanza obligatoria, en línea con lo que viene siendo la política educativa de favorecimiento del negocio privado en la Comunidad de Madrid. Porque según el nuevo esquema, el primer curso del nuevo ciclo (Bachillerato o FP) es obligatorio y por tanto ahora cae dentro de la enseñanza concertada. Y ya una vez abierta la puerta, todo es cuestión de continuar el camino iniciado. Los argumentos, mera patraña para avanzar en lo que verdaderamente interesa a un sector: la privatización de la educación.

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